Todo comienza en 1941 en un pequeño pueblo español llamado Las Caldas, al lado de un balneario famoso por los atributos medicinales de sus aguas, en la bonita región de Asturias y rodeada por mares y montañas.
Esta Región es conocida por su tradición culinaria, sus verdes valles y sus espectaculares paisajes, los Premios Príncipe de Asturias, y es dónde el director de cine Woody Allen dijo que era “Un lugar de cuento de hadas” y que inmortalizó en la película “Vicky, Cristina, Barcelona”.
En esa época Antón, nuestro tataratío, abrió un pequeño colmado en el que vendía, como era habitual en esos tiempos, todo tipo de productos: Alimentos, bebidas, piensos para los animales, herramientas, botas de agua…
Además este lugar servía como punto de encuentro para los tertulianos de la zona, o incluso como punto de información para dejar anuncios de trabajo, compra y venta de animales, y todo lo que nos podamos imaginar.
El lugar se llamaba La Vizcaína.
1941 en España no eran buenos tiempos, se vivían momentos difíciles de posguerra. Nuestro tataratío Antón con la ayuda de la familia, con mucho esfuerzo y trabajo, logró levantar un negocio próspero y aquel pequeño colmado se fue transformando en una Casa de Comidas, una tiensa, un pequeño hotel y un dispensario de tabacos.
A día de hoy, a punto de cumplir 75 años, La Vizcaína es una Casa de Comidas recientemente remodelada, en la que se pueden degustar los platos tradicionales de nuestra tierra, en un entorno diseñado para disfrutar con los cinco sentidos. Dispone de un Estanco y una Tienda de Vinos y productos de alimentación gourmet seleccionados en diferentes lugares de España con un nexo común: Máxima Calidad.